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Dr. Ernesto Samper propone una Confederación de Pueblos Raizales para proteger el Caribe Occidental y el sistema coralino mÔs importante de la región

  • Foto del escritor: Prego Nerosai
    Prego Nerosai
  • hace 2 minutos
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En el marco de la Cumbre de los Pueblos del Caribe Occidental, el expresidente de Colombia Ernesto Samper Pizano hizo un llamado contundente a reconocer al Caribe Occidental como una unidad ecológica y cultural indivisible, y propuso que la recién planteada Confederación de Pueblos Raizales del Caribe Occidental asuma un rol protagónico en la coordinación de políticas ambientales, la preservación del ecosistema marino y la defensa del patrimonio natural compartido por la región.



Durante su intervención, Samper destacó que, aunque históricamente la biodiversidad de AmĆ©rica Latina suele asociarse al Amazonas, el sistema coralino Seaflower constituye uno de los bancos de biodiversidad mĆ”s importantes del planeta. ā€œEstamos hablando de cerca de 500.000 kilómetros cuadrados, donde habita el 70% de las especies marinas del Caribe, con mĆ”s de 12.000 especies, siendo el tercer banco coralino mĆ”s grande del mundoā€, subrayó.


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El impacto del fallo de La Haya y la pƩrdida del Seaflower


El exmandatario recordó que Colombia administró durante mĆ”s de dos dĆ©cadas la Reserva de Biosfera Seaflower de manera ejemplar, con el liderazgo de Coralina, el respaldo cientĆ­fico de INVEMAR y la Universidad Nacional – sede San AndrĆ©s, hasta que el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya despojó al paĆ­s de aproximadamente 46.000 kilómetros cuadrados de mar, fragmentando un ecosistema que, por naturaleza, no reconoce fronteras polĆ­ticas.



Samper afirmó que desde el inicio advirtió que el litigio en La Haya conduciría a una derrota, y recordó que existían alternativas como la propuesta de declarar a San Andrés y Providencia como Estado ArchipielÔgico, basada en una realidad geopolítica y no únicamente jurídica.



Una zona transfronteriza hoy en riesgo



Tras el fallo, se intentó avanzar —con apoyo de la Fundación Franz Weber— en la creación de una zona de biosfera transfronteriza con los paĆ­ses que tienen vocación sobre el sistema coralino: Colombia, Nicaragua, PanamĆ”, Honduras y Jamaica. Sin embargo, este proceso enfrenta hoy serios obstĆ”culos, entre ellos:



La salida de Nicaragua de la UNESCO



La militarización de Ôreas en disputa



La restricción a la pesca tradicional de comunidades raizales



El riesgo de exploración petrolera en zonas coralinas



ā€œSerĆ­a la muerte final del sistema Seaflowerā€, advirtió Samper.

El papel central de los pueblos raizales


Uno de los puntos mĆ”s destacados de su intervención fue el reconocimiento del papel histórico y estratĆ©gico de los pueblos raizales y afrodescendientes. SegĆŗn explicó, el fallo de La Haya reconoció que, de haberse considerado desde el principio la presencia de estas comunidades —mĆ”s de seis millones de personas en la región— y el impacto ambiental de fragmentar el ecosistema, el resultado jurĆ­dico habrĆ­a sido distinto.



ā€œLo Ćŗnico que realmente quedó de todo esto fueron los pueblos raizales. Ellos no hablan de territorio, hablan de maritorioā€, afirmó.



La Confederación como autoridad ambiental comunitaria



En ese contexto, Samper propuso que la Confederación de Pueblos Raizales del Caribe Occidental no sea solo un espacio simbólico, sino que tenga responsabilidades concretas, entre ellas:


Vigilancia ambiental del sistema coralino

Preservación de la unidad ecológica

Prevención de riesgos ambientales

Administración comunitaria del Ôrea protegida


AdemÔs, sugirió crear una comisión financiera que estructure un presupuesto regional que permita a la Confederación asumir estas funciones de manera sostenible, con cooperación internacional y respaldo institucional.



Incluso propuso renombrar el sistema como ā€œSATA Water – Salt Rootsā€, destacando su identidad cultural compartida, mĆ”s allĆ” de las divisiones estatales.



Un nuevo comienzo para el Caribe



Para cerrar, Samper recordó que el Caribe fue escenario del inicio de grandes procesos históricos: la conquista, la evangelización, la independencia y la emancipación. ā€œĀæPor quĆ© no creer que aquĆ­ tambiĆ©n pueda comenzar la salvación de uno de los tesoros ambientales mĆ”s importantes del planeta?ā€, concluyó.



La propuesta fue recibida como uno de los planteamientos mÔs sólidos y visionarios de la Cumbre, dejando sobre la mesa el reto de convertir la integración cultural de los pueblos del Caribe Occidental en una gobernanza ambiental efectiva y con identidad propia.

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