De un sueño familiar a un referente en salud: la historia del Endoscopy Center Delt en San Andrés
- Prego Nerosai
- 20 sept
- 3 Min. de lectura

Hace trece años, un sueño que parecía imposible comenzó a tomar forma en la isla de San Andrés. El doctor Orlando Jiménez Bernard, tras especializarse en Chile en cirugía y endoscopia, regresó con una visión clara: ofrecerle a su comunidad un servicio médico de alta tecnología que hasta ese momento no existía en el departamento. A su lado, como soporte constante, estuvo siempre su esposa, la doctora Daisy Falla, quien lo acompañó en cada paso de este proceso.

Los inicios en el hospital
Al regresar de Chile, Jiménez encontró en el hospital de la isla el primer escenario para poner en práctica lo aprendido. Consciente de la necesidad de un equipo especializado, propuso adquirir una torre de endoscopia de última generación, cuyo costo rondaba los 500 millones de pesos, una suma que en aquel entonces parecía inalcanzable. Sin embargo, gracias al esfuerzo conjunto, el apoyo de su esposa y la decisión de invertir sus ahorros y recursos personales, lograron dar el primer paso.
La torre de endoscopia incluía cámara, procesador de imágenes y capacidad para magnificar lesiones, permitiendo detectar tumores con gran precisión. Con este equipo comenzaron a realizar endoscopias digestivas altas y colonoscopias, procedimientos inéditos en la isla que evitaron que muchos pacientes tuvieran que viajar al interior del país para acceder a diagnósticos especializados.
El apoyo incondicional de la familia

La doctora Daisy Falla fue más que un respaldo emocional: ella aprendió desde el lavado de los equipos, pasando por la sedación de los pacientes, hasta la elaboración de informes médicos. “Siempre lo acompañé, incluso cuando estábamos en Chile, guardábamos cada peso, cada sacrificio fue por traer lo mejor para nuestra tierra”, recuerda.
Ese compromiso familiar no solo permitió consolidar un proyecto médico, sino también demostrar que con esfuerzo y arraigo se pueden transformar las condiciones de salud en la isla.

De un pequeño cuarto a un centro de referencia
Con el tiempo, la demanda creció y las limitaciones de espacio en el hospital se hicieron evidentes. Fue entonces cuando la pareja decidió adecuar una propiedad familiar para convertirla en el actual Endoscopy Center Delt, un lugar diseñado para brindar atención digna, moderna y segura a los habitantes de San Andrés.
“Nosotros creemos que la salud de la comunidad debe ser atendida con calidad. No se trata de salir de la isla, sino de invertir aquí y ofrecer soluciones a nuestra propia gente”, enfatizó el doctor Jiménez.
Nuevos retos y tecnología de punta
Hoy, el centro se prepara para dar un nuevo salto tecnológico. El doctor Jiménez explicó que ya existen torres de endoscopia con inteligencia artificial, capaces de detectar pólipos en tiempo real y marcar con alarmas visuales las posibles lesiones. Este avance representa la próxima meta para el equipo médico, que sueña con adquirir la Exur 7000, una torre de última generación.
Además, trabajan en proyectos de ampliación de servicios, como la atención de pacientes con obesidad mediante cirugía bariátrica, programas de manejo de úlceras diabéticas y la creación de una unidad de heridas, evitando que los isleños tengan que trasladarse al continente para recibir tratamientos complejos.
Un mensaje de arraigo y esperanza
El Endoscopy Center Delt no es solo un centro médico, es un ejemplo de esfuerzo, compromiso y amor por San Andrés. Para el doctor Jiménez y la doctora Falla, el verdadero triunfo ha sido demostrar que con sacrificio y visión se puede ofrecer salud de calidad en la isla.
“Necesitamos gente que tenga raíces aquí, que invierta aquí y que piense en nuestra comunidad. El futuro de la salud en San Andrés depende de que todos pongamos la mano en el corazón y trabajemos juntos por un mejor sistema”, concluyó el doctor Jiménez.








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