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La cocina como camino de transformación para los jóvenes de San Andrés

  • Foto del escritor: Prego Nerosai
    Prego Nerosai
  • 8 abr
  • 2 Min. de lectura

Camilo de Ávila, instructor del SENA, impulsa con pasión la formación culinaria como herramienta de rescate social y preservación de la gastronomía ancestral isleña.


Redacción: Pregonerosai


En el corazón del archipiélago de San Andrés, la cocina se ha convertido en mucho más que una actividad gastronómica. Bajo la guía del instructor Camilo de Ávila, el SENA Regional San Andrés impulsa un proceso formativo que busca transformar vidas, alejar a los jóvenes de caminos equivocados y preservar la rica herencia culinaria de las islas.

“La culinaria puede envolver a nuestros jóvenes en un ambiente positivo, creativo y lleno de oportunidades. Es una forma de atraerlos y alejarlos de los malos pasos que, tristemente, han afectado a nuestra comunidad”, afirma Camilo, con la convicción de quien conoce en carne propia el poder del arte culinario.

Camilo, egresado del mismo SENA y hoy orgulloso instructor, recuerda con gratitud cómo esta institución fue clave para su crecimiento personal y profesional. Por eso, ahora dedica sus esfuerzos a motivar a la nueva generación, no solo a aprender cocina, sino también a soñar con emprender sus propios negocios.



Rescatando la cocina sanandresana

Uno de los pilares de su enseñanza es la preservación de la gastronomía ancestral isleña. “Nuestra cocina se está perdiendo, y es tarea de todos rescatarla: los jóvenes, los padres, los abuelos. Tenemos recetas valiosísimas que hablan de nuestra identidad”, afirma.

Desde preparaciones tradicionales hasta técnicas modernas, el programa de cocina del SENA ofrece formación en cocina caliente, cocina fría, pastelería y repostería, así como un Técnico en Cocina de 15 meses, que ya ha transformado el rumbo de decenas de vidas jóvenes en las islas.

Educación con respaldo empresarial

Una de las grandes ventajas del programa es su vínculo directo con el sector productivo. Camilo explica que los aprendices reciben patrocinio de empresas desde el inicio de su formación. “Mientras estudian la parte lectiva, tienen un patrocinador que les paga; cuando pasan a la parte práctica, reciben un sueldo completo”, detalla. Este modelo garantiza no solo la educación, sino también el ingreso económico y la experiencia laboral de los jóvenes.

Además, los egresados pueden acceder al Fondo Emprender del SENA, que les permite montar su propio negocio con apoyo financiero y acompañamiento técnico.

Una invitación con el corazón

Camilo de Ávila finaliza con una invitación sincera:

“Padres, motiven a sus hijos. Jóvenes, acérquense al SENA. Aquí los vamos a recibir con los brazos abiertos para que comiencen una vida llena de oportunidades. Yo soy testimonio de que sí se puede.”

En San Andrés, el SENA no solo forma cocineros, sino también líderes, emprendedores y guardianes del patrimonio cultural isleño.

Pie de foto:Camilo de Ávila, instructor del SENA, durante una clase práctica en cocina caliente con jóvenes de la isla.




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